Reina-Valera 1909

Éxodo 9:25-35 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

25. Y aquel granizo hirió en toda la tierra de Egipto todo lo que estaba en el campo, así hombres como bestias; asimismo destrozó el granizo toda la hierba del campo, y desgajó todos los árboles del país.

26. Solamente en la tierra de Gosén, donde estaban los hijos de Israel, no hubo granizo.

27. Entonces Faraón envió a llamar a Moisés y a Aarón y les dijo: He pecado esta vez; Jehová es justo, y yo y mi pueblo, impíos.

28. Orad a Jehová para que cesen los truenos de Dios y el granizo; y yo os dejaré ir, y no os detendréis más.

29. Y le respondió Moisés: Al salir yo de la ciudad, extenderé mis manos a Jehová, y los truenos cesarán, y no habrá más granizo, para que sepas que de Jehová es la tierra.

30. Pero yo sé que ni tú ni tus siervos temeréis todavía la presencia de Jehová Dios.

31. El lino, pues, y la cebada fueron destrozados, porque la cebada estaba ya espigada y el lino en flor.

32. Mas el trigo y el centeno no fueron destrozados, porque eran tardíos.

33. Y cuando Moisés hubo salido de la presencia de Faraón y de la ciudad, extendió las manos a Jehová, y cesaron los truenos y el granizo; y la lluvia no cayó más sobre la tierra.

34. Y al ver Faraón que la lluvia y el granizo y los truenos habían cesado, volvió a pecar, y endurecieron su corazón él y sus siervos.

35. Y el corazón de Faraón se endureció, y no dejó ir a los hijos de Israel, tal como Jehová lo había dicho por medio de Moisés.