Reina-Valera 1909

Éxodo 16:8-21 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

8. Y dijo Moisés: Jehová os dará al atardecer carne para comer, y por la mañana pan hasta saciaros; por cuanto Jehová ha oído vuestras murmuraciones que habéis murmurado contra él; ¿y qué somos nosotros? Vuestras murmuraciones no son contra nosotros, sino contra Jehová.

9. Y dijo Moisés a Aarón: Di a toda la congregación de los hijos de Israel: Acercaos a la presencia de Jehová, porque él ha oído vuestras murmuraciones.

10. Y sucedió que mientras Aarón hablaba a toda la congregación de los hijos de Israel, miraron hacia el desierto, y he aquí la gloria de Jehová apareció en la nube.

11. Y Jehová habló a Moisés, diciendo:

12. Yo he oído las murmuraciones de los hijos de Israel; háblales y diles: Al caer la tarde comeréis carne, y por la mañana os saciaréis de pan, y sabréis que yo soy Jehová vuestro Dios.

13. Y aconteció que al llegar el atardecer, subieron codornices que cubrieron el campamento, y por la mañana descendió rocío alrededor del campamento.

14. Y cuando el rocío cesó de descender, he aquí sobre la faz del desierto una cosa menuda, redonda, menuda como la escarcha sobre la tierra.

15. Y al verla los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto?, porque no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: Es el pan que Jehová os da para comer.

16. Esto es lo que Jehová ha mandado: Recoged de él cada uno según lo que pueda comer: un gomer por cabeza, conforme al número de vuestras personas; tomará cada uno para los que están en su tienda.

17. Y los hijos de Israel lo hicieron así, y recogieron unos más, otros menos;

18. y lo medían por gomer, y no le sobró al que había recogido mucho, ni le faltó al que había recogido poco; cada uno recogió conforme a lo que había de comer.

19. Y les dijo Moisés: Ninguno deje nada de ello para mañana.

20. Mas ellos no obedecieron a Moisés, sino que algunos dejaron de ello para el otro día, y crió gusanos y hedió; y se enojó contra ellos Moisés.

21. Y lo recogían cada mañana, cada uno según lo que había de comer; y luego que el sol calentaba, se derretía.