10. Y él les dijo: ¡Así sea Jehová con vosotros si os dejo ir a vosotros y a vuestros niños! ¡Mirad cómo el mal está delante de vuestro rostro!
11. No será así. Id ahora vosotros los varones y servid a Jehová, pues esto es lo que vosotros pedisteis. Y los echaron de la presencia de Faraón.
12. Entonces Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre la tierra de Egipto para traer la langosta, a fin de que suba sobre el país de Egipto y consuma todo lo que el granizo dejó.
13. Y extendió Moisés su vara sobre la tierra de Egipto, y Jehová envió un viento oriental sobre el país todo aquel día y toda aquella noche; y a la mañana el viento oriental trajo la langosta.
14. Y subió la langosta sobre toda la tierra de Egipto y se asentó en todo el territorio de Egipto, en gran cantidad. Nunca antes de ella hubo semejante plaga de langosta, ni después de ella habrá otra igual.
15. Y cubrió la faz de todo el país, y se oscureció la tierra; y consumió toda la hierba de la tierra y todo el fruto de los árboles que había dejado el granizo; y no quedó cosa verde en los árboles ni en la hierba del campo en toda la tierra de Egipto.
16. Entonces Faraón hizo llamar aprisa a Moisés y a Aarón y dijo: He pecado contra Jehová, vuestro Dios, y contra vosotros.
17. Mas ruego ahora que perdones mi pecado esta vez, y que oréis a Jehová, vuestro Dios, para que solamente quite de mí esta muerte.
18. Y salió Moisés de la presencia de Faraón y oró a Jehová.
19. Entonces Jehová envió un viento occidental fortísimo y quitó la langosta y la arrojó al Mar Rojo; ni una langosta quedó en todo el territorio de Egipto.
20. Mas Jehová endureció el corazón de Faraón, y éste no dejó ir a los hijos de Israel.
21. Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano hacia el cielo, para que haya tinieblas sobre la tierra de Egipto, tan densas que cualquiera las palpe.
22. Y extendió Moisés su mano hacia el cielo, y hubo densas tinieblas tres días por toda la tierra de Egipto.