9. Y regresó Hatac y contó a Ester las palabras de Mardoqueo.
10. Entonces Ester habló con Hatac y le mandó decir a Mardoqueo:
11. Todos los servidores del rey y el pueblo de las provincias del rey saben que para cualquier hombre o mujer que entre al patio interior para ver al rey, sin ser llamado, hay una sola ley: Ha de morir, salvo aquel a quien el rey extienda el cetro de oro; ése vivirá, y yo no he sido llamada para entrar a ver al rey estos treinta días.
12. Y dijeron a Mardoqueo las palabras de Ester.
13. Entonces dijo Mardoqueo que respondiesen a Ester: No pienses en tu alma que, estando en la casa del rey, sólo tú escaparás entre todos los judíos.
14. Porque si permaneces callada en este tiempo, el alivio y la liberación de los judíos surgirán de otra parte; pero tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta hora tú has llegado al reino?
15. Y Ester dijo que respondiesen a Mardoqueo: