Reina-Valera 1909

Efesios 4:8-25 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

8. Por lo cual dice:Subiendo a lo alto, llevó cautivos a los cautivos,y dio dones a los hombres.

9. (Y eso de que subió, ¿qué es, sino que también había descendido primero a las partes más bajas de la tierra?

10. El que descendió es el mismo que también subió por encima de todos los cielos para llenarlo todo.)

11. Y él mismo constituyó a unos apóstoles; y a otros, profetas; y a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros;

12. a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo,

13. hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo;

14. para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que, para engañar, emplean con astucia las artimañas del error,

15. sino que, hablando la verdad en amor, crezcamos en todas las cosas en aquel que es la cabeza, a saber, Cristo;

16. de quien, todo el cuerpo, bien ajustado y ligado entre sí por todas las coyunturas que lo sustentan, según la función adecuada de cada miembro, crece, edificándose en amor.

17. Esto, pues, digo y testifico en el Señor, que no andéis más como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,

18. teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;

19. los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.

20. Mas vosotros no habéis aprendido así sobre Cristo,

21. si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús,

22. en cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,

23. y renovaos en el espíritu de vuestra mente,

24. y vestíos del nuevo hombre que es creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.

25. Por lo cual, dejando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo, porque somos miembros los unos de los otros.