9. Cuando yo subí al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas del convenio que Jehová hizo con vosotros, estuve entonces en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer pan ni beber agua.
10. Y me dio Jehová las dos tablas de piedra escritas con el dedo de Dios; y en ellas estaba escrito conforme a todas las palabras que os habló Jehová en el monte, de en medio del fuego, el día de la asamblea.
11. Y aconteció que al cabo de cuarenta días y cuarenta noches, Jehová me dio las dos tablas de piedra, las tablas del convenio.
12. Y me dijo Jehová: Levántate, desciende aprisa de aquí, porque tu pueblo que sacaste de Egipto se ha corrompido; muy pronto se han apartado del camino que yo les mandé; se han hecho una imagen de fundición.
13. Y me habló Jehová, diciendo: He visto ese pueblo, y he aquí que es un pueblo de dura cerviz.
14. Déjame que los destruya y borre su nombre de debajo del cielo, y de ti haré una nación fuerte y mucho más numerosa que ellos.
15. Y volví y descendí del monte, el cual ardía en llamas, con las dos tablas del convenio en mis dos manos.
16. Y miré, y he aquí habíais pecado contra Jehová vuestro Dios; os habíais hecho un becerro de fundición, apartándoos pronto del camino que Jehová os había mandado.
17. Entonces tomé las dos tablas, y las arrojé de mis dos manos y las quebré delante de vuestros ojos.
18. Y me postré delante de Jehová, como antes, cuarenta días y cuarenta noches; no comí pan ni bebí agua, a causa de todo el pecado vuestro que habíais cometido haciendo lo malo ante los ojos de Jehová para enojarlo.
19. Porque temí a causa del furor y de la ira con que Jehová estaba enojado contra vosotros para destruiros. Pero Jehová me escuchó también esta vez.
20. Contra Aarón también se enojó Jehová tanto como para destruirlo; y también oré por Aarón en ese entonces.
21. Y tomé vuestro pecado, el becerro que habíais hecho, y lo quemé en el fuego y lo desmenucé, moliéndolo muy bien, hasta que fue reducido a polvo; y eché el polvo al arroyo que descendía del monte.