24. Rebeldes habéis sido a Jehová desde el día en que yo os conozco.
25. Me postré, pues, delante de Jehová; cuarenta días y cuarenta noches estuve postrado, porque Jehová dijo que os había de destruir.
26. Y oré a Jehová, diciendo: Oh Señor Jehová, no destruyas a tu pueblo, a tu heredad que has redimido con tu grandeza, que sacaste de Egipto con mano poderosa.
27. Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac y Jacob; no mires la terquedad de este pueblo, ni su maldad ni su pecado,
28. no sea que digan los de la tierra de donde nos sacaste: Por cuanto no pudo Jehová introducirlos en la tierra que les había prometido, o porque los aborrecía, los sacó para matarlos en el desierto.
29. Y ellos son tu pueblo y tu heredad que sacaste con tu gran poder y con tu brazo extendido.