Deuteronomio

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Reina-Valera 1909

Deuteronomio 7 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

1. Cuando Jehová tu Dios te haya hecho entrar en la tierra en la cual tú has de entrar para poseerla, y haya echado de delante de ti a muchas naciones, al heteo, y al gergeseo, y al amorreo, y al cananeo, y al ferezeo, y al heveo y al jebuseo, siete naciones mayores y más fuertes que tú,

2. y cuando Jehová tu Dios las haya entregado delante de ti, y las hayas derrotado, las destruirás del todo. No harás con ellos alianza ni les tendrás misericordia.

3. Y no emparentarás con ellas; no darás tu hija a su hijo ni tomarás a su hija para tu hijo.

4. Porque desviará a tu hijo de en pos de mí, y servirán a dioses ajenos; y el furor de Jehová se encenderá sobre vosotros y pronto te destruirá.

5. Mas así habéis de hacer con ellos: sus altares destruiréis, y quebraréis sus estatuas, y cortaréis sus imágenes de Asera y quemaréis sus esculturas en el fuego.

6. Porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios; Jehová tu Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que todos los pueblos que están sobre la faz de la tierra.

7. No por ser vosotros más numerosos que todos los pueblos os ha querido Jehová y os ha escogido, pues vosotros erais los menos numerosos de todos los pueblos,

8. sino porque Jehová os amó y quiso guardar el juramento que juró a vuestros padres; os ha sacado Jehová con mano poderosa y os ha rescatado de la casa de servidumbre, de manos de Faraón, rey de Egipto.

9. Conoce, pues, que Jehová tu Dios es Dios, Dios fiel, que guarda el convenio y la misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos, hasta mil generaciones,

10. y que da el pago en la cara del que le aborrece, destruyéndolo; y no se tarda en retribuir al que le odia; en su cara le dará el pago.

11. Guarda, por tanto, los mandamientos, y estatutos y decretos que yo te mando hoy que cumplas.

12. Y acontecerá que, por haber oído estos decretos, y haberlos guardado y puesto por obra, Jehová tu Dios guardará contigo el convenio y la misericordia que juró a tus padres.

13. Y te amará, y te bendecirá, y te multiplicará y bendecirá el fruto de tu vientre, y el fruto de tu tierra, y tu grano, y tu mosto y tu aceite, la cría de tus vacas y los rebaños de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría.

14. Bendito serás más que todos los pueblos; no habrá en ti varón ni mujer estéril, ni en tus bestias.

15. Y quitará Jehová de ti toda enfermedad; y todas las malas plagas de Egipto, que tú conoces, no las pondrá sobre ti, sino que las pondrá sobre todos los que te aborrecieren.

16. Y destruirás a todos los pueblos que te da Jehová tu Dios; tu ojo no les tendrá piedad, ni servirás a sus dioses, porque te será motivo de tropiezo.

17. Si dices en tu corazón: Estas naciones son mucho más numerosas que yo, ¿cómo las podré desarraigar?,

18. no tengas temor de ellas; acuérdate bien de lo que hizo Jehová tu Dios con Faraón y con todo Egipto,

19. de las grandes pruebas que vieron tus ojos, y de las señales y de los milagros, y de la mano poderosa y brazo extendido con que Jehová tu Dios te sacó. Así hará Jehová tu Dios con todos los pueblos en cuya presencia tú temes.

20. Y también enviará Jehová tu Dios sobre ellos avispas, hasta que perezcan los que queden y los que se hayan escondido de delante de ti.

21. No desmayes delante de ellos, porque Jehová tu Dios está en medio de ti, Dios grande y temible.

22. Y Jehová tu Dios echará a estas naciones de delante de ti poco a poco; no podrás acabar con ellas de inmediato, para que las bestias del campo no se aumenten contra ti.

23. Mas Jehová tu Dios las entregará delante de ti, y él las quebrantará con gran destrozo hasta que sean destruidas.

24. Y él entregará sus reyes en tus manos, y tú borrarás el nombre de ellos de debajo del cielo; nadie te hará frente hasta que los destruyas.

25. Las esculturas de sus dioses quemarás en el fuego; no codiciarás la plata ni el oro que las recubren para tomarlos para ti, no sea que tropieces por ello, pues es abominación a Jehová tu Dios.

26. Y no traerás cosa abominable a tu casa, para que no seas anatema como ella; del todo la aborrecerás y la abominarás, porque es anatema.