Reina-Valera 1909

Daniel 5:13-23 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

13. Entonces Daniel fue traído ante el rey. Y habló el rey y dijo a Daniel: ¿Eres tú aquel Daniel, de los hijos de la cautividad de Judá, que mi padre trajo de Judea?

14. Yo he oído acerca de ti, que el espíritu de los dioses santos está en ti, y que en ti se hallan luz, y entendimiento y mayor sabiduría.

15. Y ahora han sido traídos ante mí sabios y astrólogos para que leyesen esta escritura y me diesen a conocer su interpretación; pero no han podido dar a conocer la interpretación del asunto.

16. Yo, pues, he oído decir de ti que puedes dar interpretaciones y resolver dudas. Si ahora puedes leer esta escritura y darme a conocer su interpretación, serás vestido de púrpura, y llevarás en tu cuello un collar de oro y en el reino serás el tercer gobernante.

17. Entonces Daniel respondió y dijo delante del rey: Tus presentes sean para ti, y da tus recompensas a otro. Sin embargo, leeré la escritura al rey y le daré a conocer la interpretación.

18. El altísimo Dios, oh rey, dio a Nabucodonosor, tu padre, el reino, y la grandeza, y la gloria y la majestad;

19. y por la grandeza que le dio, todos los pueblos, naciones y lenguas temblaban y temían delante de él. A quien quería, mataba; y a quien quería, daba vida; a quien quería, engrandecía; y a quien quería, humillaba.

20. Pero cuando su corazón se enalteció y su espíritu se endureció en su orgullo, fue depuesto del trono de su reino y despojado de su gloria.

21. Y fue echado de entre los hijos de los hombres, y su corazón se hizo semejante al de las bestias, y con los asnos monteses fue su morada. Hierba le hicieron comer, como a buey, y su cuerpo fue mojado con el rocío del cielo, hasta que entendió que el altísimo Dios tiene dominio sobre el reino de los hombres y que pone sobre él al que quiere.

22. Y tú, su hijo Belsasar, no has humillado tu corazón, sabiendo todo esto,

23. sino que contra el Señor del cielo te has enaltecido; y han traído ante ti los utensilios de su casa, y tú y tus nobles, tus esposas y tus concubinas bebisteis vino en ellos; además de esto, diste alabanza a dioses de plata y de oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que no ven, ni oyen ni saben; y nunca honraste al Dios en cuya mano está tu vida, y de quien son todos tus caminos.