1. He aquí, ¡qué hermosa eres, amada mía!, he aquí, ¡qué hermosa eres! Tus ojos son como de paloma detrás de tu velo; tus cabellos, como manada de cabras que se recuestan en el monte de Galaad.
2. Tus dientes, como manada de ovejas trasquiladas que suben del lavadero, todas con crías gemelas, y ninguna de ellas ha perdido su cría.
3. Tus labios, como hilo de grana, y tu boca hermosa; tus sienes, como gajos de granada detrás de tu velo.
4. Tu cuello, como la torre de David, edificada para armería; de ella cuelgan mil escudos, escudos todos de valientes.
5. Tus dos pechos, como crías gemelas de gacela que se apacientan entre lirios.
6. Hasta que despunte el día y huyan las sombras, me iré al monte de la mirra, y al collado del incienso.
7. Toda tú eres hermosa, amada mía, y en ti no hay mancha.
8. Ven conmigo del Líbano, oh esposa mía, del Líbano conmigo ven. Mira desde la cumbre del Amana, desde la cumbre del Senir y del Hermón, desde las guaridas de los leones, desde los montes de los leopardos.