15. Así también tú tienes a los que se aferran a la doctrina de los nicolaítas, la cual yo aborrezco.
16. ¡Arrepiéntete! Porque de otra manera, pronto vendré a ti y pelearé contra ellos con la espada de mi boca.
17. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita un nombre nuevo escrito, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.
18. Y escribe al ángel de la iglesia en Tiatira: El Hijo de Dios, el que tiene ojos como llama de fuego y pies semejantes al bronce bruñido, dice esto:
19. Yo conozco tus obras, y tu caridad, y tu servicio, y tu fe y tu paciencia, y que tus obras postreras son más que las primeras.