14. Recuérdales esto, exhortándolos delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que destruye a los oyentes.
15. Procura con diligencia presentarte ante Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que expone bien la palabra de verdad.
16. Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad.
17. Y la palabra de ellos carcomerá como gangrena; entre ellos se encuentran Himeneo y Fileto,
18. que se han desviado de la verdad, diciendo que la resurrección ya tuvo lugar, y trastornan la fe de algunos.
19. Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: El Señor conoce a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.
20. Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; unos para uso honroso, y otros para uso deshonroso.
21. Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, y útil para el Señor, y preparado para toda buena obra.
22. Huye también de las pasiones juveniles y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que invocan al Señor con un corazón puro.
23. Pero desecha las cuestiones necias y sin sentido, sabiendo que engendran contiendas.
24. Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido;
25. que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad,
26. y se zafen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él.