Reina-Valera 1909

2 Samuel 14:7-23 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

7. Y he aquí que toda la familia se ha levantado contra tu sierva, diciendo: Entrega al que mató a su hermano, para que le matemos por la vida de su hermano a quien él mató, y destruyamos también al heredero. Así apagarán la brasa que me ha quedado, no dejando a mi marido nombre ni remanente sobre la tierra.

8. Entonces el rey dijo a la mujer: Vete a tu casa, y yo daré órdenes con respecto a ti.

9. Y la mujer de Tecoa dijo al rey: ¡Rey y señor mío, la maldad sea sobre mí y sobre la casa de mi padre! Pero el rey y su trono sean sin culpa.

10. Y el rey dijo: Al que hable contra ti, tráelo ante mí, que no te tocará más.

11. Dijo ella entonces: Te ruego, oh rey, que te acuerdes de Jehová tu Dios, para que el vengador de la sangre no aumente el daño, no sea que destruya a mi hijo. Y él respondió: Vive Jehová, que no caerá en tierra ni un cabello de la cabeza de tu hijo.

12. Y la mujer dijo: Te ruego que permitas que hable tu criada una palabra a mi señor el rey. Y él dijo: Habla.

13. Entonces la mujer dijo: ¿Por qué, pues, has pensado tú cosa semejante contra el pueblo de Dios? Porque al decir el rey estas palabras se culpa a sí mismo, por cuanto el rey no hace volver a su desterrado.

14. Porque de cierto morimos y somos como aguas derramadas por tierra, que no pueden volver a recogerse; ni Dios quita la vida, sino que proporciona medios para que el desterrado no sea de él excluido.

15. Y si yo he venido ahora para decir esto al rey mi señor, es porque el pueblo me ha atemorizado. Y tu sierva se dijo: Hablaré ahora al rey; quizá él haga lo que su sierva le diga.

16. Pues el rey oirá para librar a su sierva de mano del hombre que me quiere destruir a mí, y a mi hijo juntamente, de la heredad de Dios.

17. Tu sierva, pues, dice: Sea ahora de consuelo la respuesta de mi señor el rey, pues mi señor el rey es como un ángel de Dios para discernir entre lo bueno y lo malo. Que Jehová tu Dios sea contigo.

18. Entonces el rey respondió y dijo a la mujer: Yo te ruego que no me encubras nada de lo que yo te pregunte. Y la mujer dijo: Hable mi señor el rey.

19. Y el rey dijo: ¿No está la mano de Joab contigo en todas estas cosas? Y la mujer respondió y dijo: Vive tu alma, rey señor mío, que no hay que apartarse ni a derecha ni a izquierda de todo lo que mi señor el rey ha hablado, porque tu siervo Joab me mandó, y él puso en boca de tu sierva todas estas palabras;

20. para cambiar el aspecto de las cosas, Joab, tu siervo, lo ha hecho; pero mi señor es sabio, conforme a la sabiduría de un ángel de Dios, para conocer todo lo que hay en la tierra.

21. Entonces el rey dijo a Joab: He aquí, yo hago esto: Ve y haz volver al joven Absalón.

22. Y Joab se postró en tierra sobre su rostro e hizo reverencia, y después que bendijo al rey, dijo: Hoy ha entendido tu siervo que he hallado gracia ante tus ojos, rey y señor mío; pues ha hecho el rey lo que su siervo ha dicho.

23. Se levantó luego Joab, y fue a Gesur y trajo a Absalón a Jerusalén.