Reina-Valera 1909

2 Reyes 4:9-21 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

9. Y ella dijo a su marido: He aquí, ahora yo entiendo que éste que siempre pasa por nuestra casa es un hombre santo de Dios.

10. Yo te ruego que hagas un pequeño aposento arriba con paredes, y pongamos en él cama, y mesa, y silla y candelero, para que cuando venga a nosotros, se quede en él.

11. Y aconteció que un día pasó él por allí, y se quedó en aquel aposento y durmió allí.

12. Entonces él le dijo a Giezi, su criado: Llama a esta sunamita. Y cuando él la llamó, ella se presentó ante él.

13. Y dijo él a Giezi: Dile: He aquí, tú nos has atendido con todo este esmero; ¿qué quieres que haga por ti? ¿Quieres que hable por ti al rey o al general del ejército? Y ella respondió: Yo habito en medio de mi pueblo.

14. Y él dijo: ¿Qué, pues, haremos por ella? Y Giezi respondió: He aquí, ella no tiene hijo y su marido ya es viejo.

15. Dijo entonces: Llámala. Y él la llamó, y ella se paró a la puerta.

16. Y él le dijo: Por esta temporada, según el tiempo de la vida, abrazarás un hijo. Y ella dijo: No, señor mío, hombre de Dios, no engañes a tu sierva.

17. Pero la mujer concibió y dio a luz un hijo en la temporada que Eliseo le había dicho, según el tiempo de la vida.

18. Y cuando el niño creció, aconteció que un día salió adonde estaba su padre con los segadores.

19. Y dijo a su padre: ¡Ay, mi cabeza, mi cabeza! Y él dijo a un criado: Llévalo a su madre.

20. Y lo tomó y lo llevó a su madre, y estuvo sentado sobre sus rodillas hasta el mediodía, y murió.

21. Entonces ella subió y lo puso sobre la cama del hombre de Dios, y cerró la puerta y salió.