13. Asimismo profanó el rey los lugares altos que estaban delante de Jerusalén, a la derecha del monte de la destrucción, los cuales Salomón, rey de Israel, había edificado a Astoret, la abominación de los sidonios, y a Quemos, la abominación de Moab, y a Milcom, la abominación de los hijos de Amón.
14. Y quebró las estatuas, y derribó las imágenes de Asera y llenó sus lugares de huesos de hombres.
15. Igualmente el altar que estaba en Bet-el y el lugar alto que había hecho Jeroboam hijo de Nabat, el que hizo pecar a Israel; destruyó aquel altar y el lugar alto; y quemó el lugar alto y lo redujo a polvo, y quemó la imagen de Asera.
16. Y se volvió Josías, y al ver los sepulcros que estaban allí en el monte, envió y sacó los huesos de los sepulcros y los quemó sobre el altar para contaminarlo, conforme a la palabra de Jehová que había profetizado el hombre de Dios, el cual había anunciado estas cosas.
17. Y después dijo: ¿Qué monumento es éste que veo? Y los hombres de la ciudad le respondieron: Éste es el sepulcro del hombre de Dios que vino de Judá y profetizó estas cosas que tú has hecho contra el altar de Bet-el.
18. Y él dijo: Dejadlo; nadie mueva sus huesos; y así dejaron sus huesos con los huesos del profeta que había venido de Samaria.
19. Y todas las casas de los lugares altos que estaban en las ciudades de Samaria, las cuales habían hecho los reyes de Israel para provocar a ira a Jehová, las quitó también Josías, e hizo con ellas como había hecho en Bet-el.
20. Además mató sobre los altares a todos los sacerdotes de los lugares altos que allí estaban, y quemó sobre ellos huesos de hombres y volvió a Jerusalén.
21. Entonces mandó el rey a todo el pueblo, diciendo: Celebrad la Pascua a Jehová vuestro Dios, conforme a lo que está escrito en el libro de este convenio.
22. Ciertamente no se había celebrado tal Pascua desde los tiempos en que los jueces gobernaban a Israel, ni en todos los tiempos de los reyes de Israel y de los reyes de Judá.
23. En el año dieciocho del rey Josías se celebró aquella Pascua a Jehová en Jerusalén.
24. Asimismo quitó Josías a los encantadores, adivinos y terafines, y todas las abominaciones que se veían en la tierra de Judá y en Jerusalén, para cumplir las palabras de la ley que estaban escritas en el libro que el sacerdote Hilcías había hallado en la casa de Jehová.