23. Por medio de tus mensajeros has injuriado al Señor y has dicho: Con la multitud de mis carros he subido a las cumbres de los montes, a las laderas del Líbano; y talaré sus altos cedros y sus cipreses escogidos; y llegaré a los lugares más lejanos, a sus bosques más frondosos.
24. Yo he cavado y bebido aguas ajenas, y he secado con las plantas de mis pies todos los ríos de Egipto.
25. ¿Nunca has oído que hace mucho tiempo yo lo hice, y que desde días antiguos lo he formado? Y ahora lo he hecho acontecer, para que tú convirtieras ciudades fortificadas en montones de ruinas.
26. Y sus moradores, faltos de poder, quebrantados y confusos, fueron cual la hierba del campo, como el pasto verde, y la hierba de los tejados, que antes que llegue a la madurez se seca.
27. Yo conozco tu habitar, tu salir y tu entrar, y tu furor contra mí.
28. Por cuanto te has airado contra mí, y tu arrogancia ha subido a mis oídos, yo, por tanto, pondré mi garfio en tu nariz y mi freno en tus labios, y te haré volver por el camino por donde viniste.
29. Y esto te será por señal, Ezequías: Este año comeréis lo que crezca espontáneamente y al segundo año lo que haya brotado de aquello; y al tercer año sembrad, y segad, y plantad viñas y comed el fruto de ellas.