Reina-Valera 1909

2 Reyes 18:23-37 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

23. Ahora pues, yo te ruego que hagas un trato con mi señor, el rey de Asiria, y yo te daré dos mil caballos, si tú puedes dar jinetes para ellos.

24. ¿Cómo, pues, podrás resistir a un capitán, al menor de los siervos de mi señor, aunque confiado estés en Egipto por sus carros y su gente de a caballo?

25. ¿Acaso he venido yo ahora a este lugar para destruirlo sin el apoyo de Jehová? Jehová me ha dicho: Sube a esta tierra, y destrúyela.

26. Entonces Eliaquim hijo de Hilcías, y Sebna y Joa dijeron al Rabsaces: Te rogamos que hables a tus siervos en la lengua de los sirios, porque nosotros la entendemos, y no hables con nosotros en la lengua de los judíos a oídos del pueblo que está sobre el muro.

27. Y el Rabsaces les dijo: ¿Me ha enviado mi señor sólo para decir estas palabras a ti y a tu señor, y no a los hombres que están sobre el muro, quienes, como vosotros, han de comer su propio estiércol y beber su propia orina?

28. Entonces se puso de pie el Rabsaces y clamó a gran voz en la lengua de los judíos, y habló, diciendo: ¡Oíd la palabra del gran rey, el rey de Asiria!

29. Así ha dicho el rey: No os engañe Ezequías, porque no os podrá librar de mi mano.

30. Y no os haga Ezequías confiar en Jehová, diciendo: Ciertamente nos librará Jehová, y esta ciudad no será entregada en manos del rey de Asiria.

31. No escuchéis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: Haced conmigo la paz y rendíos a mí, y cada uno comerá de su vid y de su higuera, y cada uno beberá las aguas de su pozo,

32. hasta que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas, tierra de olivas, de aceite y de miel. Y viviréis y no moriréis. No escuchéis a Ezequías, porque os engaña cuando dice: Jehová nos librará.

33. ¿Acaso alguno de los dioses de las naciones ha librado su tierra de la mano del rey de Asiria?

34. ¿Dónde están los dioses de Hamat y de Arfad? ¿Dónde están los dioses de Sefarvaim, de Hena y de Iva? ¿Pudieron éstos librar a Samaria de mi mano?

35. ¿Quién de entre todos los dioses de las provincias ha librado a su provincia de mi mano, para que libre Jehová de mi mano a Jerusalén?

36. Pero el pueblo calló y no le respondió ni una palabra, porque el rey había mandado: No le respondáis.

37. Entonces Eliaquim hijo de Hilcías, que estaba a cargo de la casa, y Sebna, el escriba, y Joa hijo de Asaf, el cronista, fueron a Ezequías, con sus vestidos rasgados, y le dijeron las palabras del Rabsaces.