Reina-Valera 1909

2 Crónicas 6:30-40 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

30. entonces oye tú desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y perdona y da a cada uno conforme a sus caminos, habiendo conocido su corazón (porque sólo tú conoces el corazón de los hijos de los hombres);

31. para que te teman y anden en tus caminos todos los días que vivan sobre la faz de la tierra que tú diste a nuestros padres.

32. Y también al extranjero que no sea de tu pueblo Israel, que haya venido de lejanas tierras a causa de tu gran nombre, y de tu mano poderosa, y de tu brazo extendido, si viene y ora en esta casa,

33. entonces oye tú desde los cielos, desde el lugar de tu morada, y haz conforme a todas las cosas por las cuales haya clamado a ti el extranjero, para que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, y te teman como tu pueblo Israel, y sepan que esta casa que yo he edificado es llamada por tu nombre.

34. Si tu pueblo sale a la guerra contra sus enemigos por el camino que tú los envíes, y oran a ti hacia esta ciudad que tú elegiste, hacia la casa que he edificado a tu nombre,

35. entonces oye desde los cielos su oración y su ruego, y ampara su causa.

36. Si pecan contra ti (pues no hay hombre que no peque), y te enojas contra ellos, y los entregas delante de sus enemigos, para que los que los tomen los lleven cautivos a tierra de enemigos, lejos o cerca,

37. y ellos vuelven su corazón en la tierra adonde fueron llevados cautivos; y si se vuelven y oran a ti en la tierra de su cautividad, y dicen: Hemos pecado, hemos hecho inicuamente, impíamente hemos actuado;

38. si se vuelven a ti con todo su corazón y con toda su alma en la tierra de su cautividad, donde los hayan llevado cautivos, y oran hacia la tierra que tú diste a sus padres, hacia la ciudad que tú elegiste, y hacia la casa que he edificado a tu nombre,

39. entonces oye tú desde los cielos, desde el lugar de tu morada, su oración y su ruego, y ampara su causa y perdona a tu pueblo que pecó contra ti.

40. Ahora pues, oh Dios mío, te ruego que estén abiertos tus ojos y atentos tus oídos a la oración en este lugar.