Reina-Valera 1909

2 Crónicas 32:21-32 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

21. Y Jehová envió un ángel, el cual hirió a todo hombre fuerte y valiente, y a los jefes y capitanes en el campamento del rey de Asiria. Por tanto, éste volvió a su tierra avergonzado; y al entrar en el templo de su dios, allí lo mataron a espada los que habían salido de sus lomos.

22. Así salvó Jehová a Ezequías y a los habitantes de Jerusalén de las manos de Senaquerib, rey de Asiria, y de las manos de todos; y les dio reposo por todas partes.

23. Y muchos trajeron a Jerusalén ofrenda a Jehová, y ricos presentes a Ezequías, rey de Judá; y éste fue engrandecido delante de todas las naciones después de esto.

24. En aquel tiempo Ezequías enfermó de muerte; y oró a Jehová, quien le respondió y le dio una señal.

25. Mas Ezequías no correspondió al bien que le había sido hecho, sino que se enalteció su corazón; y vino la ira contra él, y contra Judá y Jerusalén.

26. Sin embargo, Ezequías, después de haberse enaltecido su corazón, se humilló, él y los habitantes de Jerusalén; y no vino sobre ellos la ira de Jehová en los días de Ezequías.

27. Y tuvo Ezequías muchísimas riquezas y gloria; e hizo para sí tesoros de plata y de oro, y de piedras preciosas, y de especias, y de escudos y de toda clase de objetos deseables.

28. Asimismo hizo depósitos para los productos de grano, y del vino y del aceite, y establos para toda clase de ganado y refugios para los rebaños.

29. Y adquirió también ciudades, y hatos de ovejas y de vacas en abundancia, porque Dios le había dado muchísimas posesiones.

30. Y este mismo Ezequías tapó la salida superior de las aguas de Gihón y las condujo hacia abajo y hacia el occidente de la ciudad de David. Y fue prosperado Ezequías en todo lo que hizo.

31. Pero en el asunto de los mensajeros de los príncipes de Babilonia, que enviaron a él para saber del prodigio que había acontecido en aquella tierra, Dios lo dejó para probarle, para conocer todo lo que estaba en su corazón.

32. Los demás hechos de Ezequías y sus misericordias, he aquí, todo está escrito en la profecía del profeta Isaías, hijo de Amoz, en el libro de los reyes de Judá y de Israel.