6. Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, peregrinamos ausentes del Señor
7. (porque por fe andamos, no por vista);
8. pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y estar presentes delante del Señor.
9. Por tanto, procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables;
10. porque es menester que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
11. Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres, pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo seamos en vuestras conciencias.
12. No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino que os damos ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis qué responder a los que se glorían en las apariencias, y no en el corazón.
13. Porque si hemos perdido la razón, es para Dios; y si somos cuerdos, es para vosotros.
14. Porque el amor de Cristo nos apremia, pensando esto: Que si uno murió por todos, por consecuencia, todos murieron;