9. Pero tuvimos en nosotros mismos sentencia de muerte, para que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos,
10. el que nos libró y nos libra de tan gran muerte; y en quien esperamos que aún nos librará;
11. cooperando también vosotros con oración por nosotros, para que por muchas personas sean dadas gracias a favor nuestro por el don concedido a nosotros por medio de muchos.
12. Porque nuestro regocijo es éste: el testimonio de nuestra conciencia, que con sencillez y sinceridad de Dios, no con sabiduría carnal, sino con la gracia de Dios, nos hemos conducido en el mundo, y mucho más con vosotros.
13. Porque no os escribimos otras cosas sino las que leéis y entendéis; y espero que hasta el fin las entenderéis;
14. como también en parte habéis entendido que somos vuestro regocijo, así como también vosotros el nuestro, en el día del Señor Jesús.
15. Y con esta confianza quise primero ir a vosotros, para que recibieseis una doble bendición;