Reina-Valera 1909

1 Samuel 26:4-18 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

4. David, por tanto, envió espías y supo con certeza que Saúl había venido.

5. Y se levantó David y fue al sitio donde Saúl había acampado; y miró David el lugar donde dormían Saúl y Abner hijo de Ner, general de su ejército. Y estaba Saúl durmiendo en el centro del campamento, y el pueblo estaba acampado alrededor de él.

6. Entonces habló David y preguntó a Ahimelec, el heteo, y a Abisai hijo de Sarvia, hermano de Joab, diciendo: ¿Quién descenderá conmigo adonde está Saúl en el campamento? Y dijo Abisai: Yo descenderé contigo.

7. David, pues, y Abisai fueron al campamento de noche, y he aquí que Saúl estaba tendido durmiendo en el centro del campamento, y su lanza clavada en tierra a su cabecera; y Abner y su gente estaban tendidos alrededor de él.

8. Entonces dijo Abisai a David: Hoy Dios ha entregado a tu enemigo en tus manos; ahora pues, déjame herirlo con la lanza; lo clavaré en la tierra de un golpe, y no tendré que darle un segundo golpe.

9. Y David respondió a Abisai: No le mates, porque, ¿quién extenderá su mano contra el ungido de Jehová y será inocente?

10. Dijo además David: Vive Jehová, que Jehová lo herirá, ya sea que llegue su día para que muera, o que descienda en batalla y perezca.

11. Guárdeme Jehová de extender mi mano contra el ungido de Jehová; pero toma ahora la lanza que está a su cabecera y la botija de agua, y vámonos.

12. Se llevó, pues, David la lanza y la botija de agua de la cabecera de Saúl, y se fueron; y no hubo nadie que viese, ni entendiese ni se despertase, pues todos dormían, porque un profundo sueño enviado por Jehová había caído sobre ellos.

13. Y pasó David al otro lado y se puso en la cumbre del monte, habiendo gran distancia entre ellos;

14. y dio voces David a la gente y a Abner hijo de Ner, diciendo: ¿No respondes, Abner? Entonces Abner respondió y dijo: ¿Quién eres tú que das voces al rey?

15. Y dijo David a Abner: ¿No eres tú un hombre? ¿Y quién hay como tú en Israel? ¿Por qué, pues, no has guardado al rey tu señor? Porque ha entrado uno del pueblo a matar a tu señor el rey.

16. Esto que has hecho no está bien. Vive Jehová, que sois dignos de muerte, porque no habéis guardado a vuestro señor, al ungido de Jehová. Mira pues, ahora, dónde está la lanza del rey y la botija de agua que estaba a su cabecera.

17. Y reconoció Saúl la voz de David y dijo: ¿No es ésta tu voz, David, hijo mío? Y David respondió: Mi voz es, rey y señor mío.

18. Y dijo: ¿Por qué persigue así mi señor a su siervo? ¿Qué he hecho? ¿Qué mal hay en mi mano?