Reina-Valera 1909

1 Samuel 25:20-35 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

20. Y aconteció que montó en un asno y descendió por una parte encubierta del monte, y he aquí, David y sus hombres venían descendiendo hacia ella; y ella fue a su encuentro.

21. Y David había dicho: Ciertamente en vano he guardado todo lo que éste tiene en el desierto, sin que nada le haya faltado de todo cuanto es suyo; y él me ha devuelto mal por bien.

22. Así haga Dios a los enemigos de David, y aun les añada, que de aquí a mañana, de todo lo que sea suyo no dejaré con vida ni a un solo hombre.

23. Y cuando Abigail vio a David, se bajó rápidamente del asno; y postrándose sobre su rostro delante de David, se inclinó a tierra.

24. Y se echó a sus pies y dijo: Señor mío, sobre mí sea el pecado, mas te ruego que permitas que tu sierva hable a tus oídos, y escucha las palabras de tu sierva.

25. No haga caso ahora mi señor de aquel hombre perverso, de Nabal, porque conforme a su nombre, así es. Él se llama Nabal, y la insensatez está con él; mas yo, tu sierva, no vi a los criados de mi señor, los cuales tú enviaste.

26. Ahora pues, señor mío, vive Jehová y vive tu alma, que Jehová te ha impedido venir a derramar sangre y vengarte por tu propia mano. Sean, pues, como Nabal tus enemigos y todos los que procuran el mal contra mi señor.

27. Y ahora este presente que tu sierva ha traído a mi señor sea dado a los criados que siguen a mi señor.

28. Y yo te ruego que perdones a tu sierva esta ofensa, pues Jehová de cierto hará casa estable a mi señor, por cuanto mi señor pelea las batallas de Jehová, y mal no se ha hallado en ti en tus días.

29. Aunque alguien se haya levantado para perseguirte y atentar contra tu vida, con todo, la vida de mi señor será ligada al haz de los que viven con Jehová tu Dios, y él arrojará la vida de tus enemigos como de en medio de la palma de una honda.

30. Y acontecerá que, cuando Jehová haga con mi señor conforme a todo el bien que ha hablado de ti, y te ponga como caudillo sobre Israel,

31. entonces, señor mío, no te será motivo de tropiezo ni turbación de corazón el haber derramado sangre sin causa, ni el que mi señor se haya vengado por sí mismo. Guárdese, pues, mi señor, y cuando Jehová haga bien a mi señor, acuérdate de tu sierva.

32. Y dijo David a Abigail: Bendito sea Jehová Dios de Israel, que te envió para que hoy me encontrases;

33. y bendito sea tu razonamiento, y bendita tú, que me has impedido hoy el ir a derramar sangre y a vengarme por mi propia mano.

34. Porque, vive Jehová Dios de Israel, que me ha impedido hacerte mal, que si no te hubieras dado prisa en venir a mi encuentro, de aquí a mañana no le hubiera quedado a Nabal ni un hombre.

35. Y recibió David de su mano lo que le había traído y le dijo: Sube en paz a tu casa, y mira que he escuchado tu voz y te he tenido respeto.