Reina-Valera 1909

1 Samuel 25:16-30 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

16. Nos han servido de muro de día y de noche, todos los días que hemos estado con ellos apacentando las ovejas.

17. Ahora, pues, entiende y mira lo que has de hacer, porque el mal ya está resuelto contra nuestro amo y contra toda su casa; pues él es un hombre tan perverso que no hay quien pueda hablarle.

18. Entonces Abigail se apresuró a tomar doscientos panes, y dos cueros de vino, y cinco ovejas guisadas, y cinco medidas de grano tostado, y cien racimos de uvas pasas y doscientos panes de higos secos, y lo cargó todo en asnos;

19. y dijo a sus criados: Id delante de mí, y he aquí, yo os seguiré luego. Y nada declaró a su marido Nabal.

20. Y aconteció que montó en un asno y descendió por una parte encubierta del monte, y he aquí, David y sus hombres venían descendiendo hacia ella; y ella fue a su encuentro.

21. Y David había dicho: Ciertamente en vano he guardado todo lo que éste tiene en el desierto, sin que nada le haya faltado de todo cuanto es suyo; y él me ha devuelto mal por bien.

22. Así haga Dios a los enemigos de David, y aun les añada, que de aquí a mañana, de todo lo que sea suyo no dejaré con vida ni a un solo hombre.

23. Y cuando Abigail vio a David, se bajó rápidamente del asno; y postrándose sobre su rostro delante de David, se inclinó a tierra.

24. Y se echó a sus pies y dijo: Señor mío, sobre mí sea el pecado, mas te ruego que permitas que tu sierva hable a tus oídos, y escucha las palabras de tu sierva.

25. No haga caso ahora mi señor de aquel hombre perverso, de Nabal, porque conforme a su nombre, así es. Él se llama Nabal, y la insensatez está con él; mas yo, tu sierva, no vi a los criados de mi señor, los cuales tú enviaste.

26. Ahora pues, señor mío, vive Jehová y vive tu alma, que Jehová te ha impedido venir a derramar sangre y vengarte por tu propia mano. Sean, pues, como Nabal tus enemigos y todos los que procuran el mal contra mi señor.

27. Y ahora este presente que tu sierva ha traído a mi señor sea dado a los criados que siguen a mi señor.

28. Y yo te ruego que perdones a tu sierva esta ofensa, pues Jehová de cierto hará casa estable a mi señor, por cuanto mi señor pelea las batallas de Jehová, y mal no se ha hallado en ti en tus días.

29. Aunque alguien se haya levantado para perseguirte y atentar contra tu vida, con todo, la vida de mi señor será ligada al haz de los que viven con Jehová tu Dios, y él arrojará la vida de tus enemigos como de en medio de la palma de una honda.

30. Y acontecerá que, cuando Jehová haga con mi señor conforme a todo el bien que ha hablado de ti, y te ponga como caudillo sobre Israel,