Reina-Valera 1909

1 Samuel 2:5-20 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

5. Los saciados se alquilan por pan, y dejan de tener hambre los hambrientos; hasta la estéril da a luz siete, y la que tenía muchos hijos languidece.

6. Jehová da la muerte y él da la vida; él hace descender al Seol y hace subir.

7. Jehová da pobreza y da riqueza; abate y enaltece.

8. Él levanta del polvo al pobre, y al menesteroso alza del muladar, para hacerlos sentar con los príncipes y heredar un trono de honor. Porque de Jehová son las columnas de la tierra, y él asentó sobre ellas el mundo.

9. Él guarda los pies de sus santos, mas los impíos perecen en tinieblas, porque nadie será fuerte por su propia fuerza.

10. Delante de Jehová serán quebrantados sus adversarios, y sobre ellos tronará desde los cielos; Jehová juzgará los confines de la tierra, y dará fortaleza a su Rey, y enaltecerá el poder de su Ungido.

11. Y Elcana volvió a su casa en Ramá, y el niño servía a Jehová delante del sacerdote Elí.

12. Mas los hijos de Elí eran hombres malos, que no conocían a Jehová.

13. Y la costumbre de los sacerdotes con el pueblo era que, cuando alguno ofrecía sacrificio, venía el criado del sacerdote mientras la carne se cocía, trayendo en su mano un garfio de tres dientes,

14. y lo metía en el perol, o en la olla, o en el caldero o en el pote; y todo lo que sacaba el garfio, el sacerdote lo tomaba para sí. De esta manera hacían con todo israelita que venía a Silo.

15. Asimismo, antes de quemar la grasa, venía el criado del sacerdote y decía al que sacrificaba: Da carne para asar para el sacerdote, porque no tomará de ti carne cocida, sino cruda.

16. Y si el hombre le respondía: Quemen primero la grasa, y después toma tanto como quieras, él respondía: No, sino dámela ahora mismo; de otra manera, yo la tomaré por la fuerza.

17. Era, pues, muy grande el pecado de los jóvenes delante de Jehová, porque los hombres menospreciaban los sacrificios a Jehová.

18. Y Samuel, siendo niño, ministraba delante de Jehová, vestido con un efod de lino.

19. Y le hacía su madre una túnica pequeña y se la traía cada año, cuando subía con su marido para ofrecer el sacrificio anual.

20. Y Elí bendijo a Elcana y a su mujer, diciendo: Jehová te dé hijos de esta mujer en lugar del que dedicó a Jehová. Y se volvieron a su casa.