36. Fuese león o fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente.
37. Y añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de manos de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Ve, y Jehová sea contigo.
38. Y Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un casco de bronce y le armó de coraza.
39. Y ciñó David su espada sobre sus vestidos e intentó andar, porque nunca se los había probado. Y dijo David a Saúl: Yo no puedo andar con esto, porque nunca lo he usado. Y David se quitó aquellas cosas,
40. y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo, y las puso en la bolsa pastoril y en el morral que llevaba, y con su honda en la mano se acercó al filisteo.
41. Y el filisteo venía andando y acercándose a David, y su escudero delante de él.
42. Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco, porque era muchacho, y rubio y de hermoso parecer.
43. Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo un perro para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses.
44. Dijo luego el filisteo a David: Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo.