13. Ciertamente he edificado una casa majestuosa, una morada para ti, lugar en el que tú habites para siempre.
14. Y volvió el rey su rostro y bendijo a toda la congregación de Israel; y toda la congregación de Israel estaba de pie.
15. Y dijo: Bendito sea Jehová, Dios de Israel, que habló con su boca a David, mi padre, y con su mano lo ha cumplido, diciendo:
16. Desde el día en que saqué a mi pueblo Israel de Egipto, no he escogido ciudad de todas las tribus de Israel para edificar una casa en la cual estuviese mi nombre, aunque escogí a David para que gobernase sobre mi pueblo Israel.