Reina-Valera 1909

1 Reyes 8:1-17 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

1. Entonces reunió Salomón ante sí, en Jerusalén, a los ancianos de Israel, y a todos los jefes de las tribus y a los principales de las familias de los hijos de Israel, para hacer subir el arca del convenio de Jehová de la ciudad de David, que es Sión.

2. Y se reunieron ante el rey Salomón todos los hombres de Israel en la fiesta del mes de Etanim, que es el mes séptimo.

3. Y llegaron todos los ancianos de Israel, y los sacerdotes levantaron el arca.

4. Y llevaron el arca de Jehová, y el tabernáculo de reunión y todos los utensilios sagrados que estaban en el tabernáculo, los cuales llevaban los sacerdotes y los levitas.

5. Y el rey Salomón, y toda la congregación de Israel que ante él se había reunido, estaban con él delante del arca, sacrificando ovejas y bueyes, que por la cantidad no se podían contar ni numerar.

6. Y los sacerdotes llevaron el arca del convenio de Jehová a su lugar en el santuario de la casa, en el lugar santísimo, debajo de las alas de los querubines.

7. Porque los querubines tenían extendidas las alas sobre el lugar del arca, y así cubrían los querubines el arca y sus varas por encima.

8. Y sacaron las varas de manera que los extremos de las varas se dejaban ver desde el lugar santo, que estaba delante del lugar santísimo, pero no se veían desde afuera; y así han quedado hasta hoy.

9. En el arca no había ninguna cosa aparte de las dos tablas de piedra que allí había puesto Moisés en Horeb, donde Jehová hizo un convenio con los hijos de Israel, cuando salieron de la tierra de Egipto.

10. Y aconteció que cuando los sacerdotes salieron del santuario, la nube llenó la casa de Jehová.

11. Y los sacerdotes no pudieron permanecer para ministrar a causa de la nube, porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová.

12. Entonces dijo Salomón: Jehová ha dicho que él habitaría en la oscuridad de la nube.

13. Ciertamente he edificado una casa majestuosa, una morada para ti, lugar en el que tú habites para siempre.

14. Y volvió el rey su rostro y bendijo a toda la congregación de Israel; y toda la congregación de Israel estaba de pie.

15. Y dijo: Bendito sea Jehová, Dios de Israel, que habló con su boca a David, mi padre, y con su mano lo ha cumplido, diciendo:

16. Desde el día en que saqué a mi pueblo Israel de Egipto, no he escogido ciudad de todas las tribus de Israel para edificar una casa en la cual estuviese mi nombre, aunque escogí a David para que gobernase sobre mi pueblo Israel.

17. Y mi padre David tuvo en el corazón edificar una casa al nombre de Jehová, Dios de Israel.