Reina-Valera 1909

1 Reyes 18:27-45 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

27. Y aconteció al mediodía que Elías se burlaba de ellos, diciendo: Gritad en alta voz, porque es un dios; quizá está meditando, o está ocupado, o se ha ido de viaje; o acaso duerme y hay que despertarlo.

28. Y ellos clamaban a grandes voces, y se cortaban con cuchillos y con lancetas conforme a su costumbre, hasta que les chorreaba la sangre.

29. Y aconteció que pasó el mediodía, y ellos profetizaban frenéticamente hasta la hora de la ofrenda de la tarde, y no hubo voz, ni quien respondiese ni escuchase.

30. Elías dijo entonces a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se acercó a él, y él reparó el altar de Jehová que estaba arruinado.

31. Y Elías tomó doce piedras, conforme al número de las tribus de los hijos de Jacob, a quien había venido la palabra de Jehová, diciendo: Israel será tu nombre.

32. Edificó con las piedras un altar en el nombre de Jehová; después hizo una zanja alrededor del altar en que cupieran dos medidas de grano.

33. Preparó luego la leña, y cortó el buey en pedazos y lo puso sobre la leña.

34. Y dijo: Llenad cuatro cántaros de agua y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña. Y dijo: Hacedlo otra vez; y otra vez lo hicieron. Dijo aún: Hacedlo la tercera vez; y lo hicieron la tercera vez.

35. De manera que el agua corría alrededor del altar; y también se había llenado de agua la zanja.

36. Y sucedió que cuando llegó la hora de ofrecer el sacrificio, se acercó el profeta Elías y dijo: Oh Jehová, Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas.

37. Respóndeme, Jehová, respóndeme, para que este pueblo conozca que tú, oh Jehová, eres Dios, y que tú has hecho volver a ti el corazón de ellos.

38. Entonces cayó fuego de Jehová, el cual consumió el sacrificio, y la leña, y las piedras, y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja.

39. Y viéndolo todo el pueblo, cayeron sobre sus rostros y dijeron: ¡Jehová es Dios! ¡Jehová es Dios!

40. Y les dijo Elías: Prended a los profetas de Baal, que no escape ninguno. Y ellos los prendieron; y los llevó Elías al arroyo Cisón, y allí los degolló.

41. Y entonces Elías dijo a Acab: Sube, come y bebe, porque ya se oye el ruido de una gran lluvia.

42. Y Acab subió a comer y a beber. Pero Elías subió a la cumbre del Carmelo; y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas.

43. Y dijo a su criado: Sube ahora y mira hacia el mar. Y él subió y miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete veces.

44. Y a la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube, como la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo: Ve y di a Acab: Prepárate y desciende, para que la lluvia no te detenga.

45. Y aconteció que, estando en esto, los cielos se oscurecieron con nubes y viento y hubo una gran lluvia. Y subió Acab al carro y fue a Jezreel.