Reina-Valera 1909

1 Reyes 13:16-30 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

16. Y él respondió: No podré volver contigo, ni iré contigo, ni tampoco comeré pan ni beberé agua contigo en este lugar,

17. porque por palabra de Dios me ha sido dicho: No comas pan ni bebas agua allí, ni vuelvas por el camino por el que llegaste.

18. Y el otro le dijo: Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por palabra de Jehová, diciendo: Hazle volver contigo a tu casa, para que coma pan y beba agua. Pero le mintió.

19. Entonces volvió con él, y comió pan en su casa y bebió agua.

20. Y aconteció que, cuando estaban ellos sentados a la mesa, vino la palabra de Jehová al profeta que le había hecho volver,

21. y clamó al hombre de Dios que había venido de Judá, diciendo: Así dice Jehová: Por cuanto has sido rebelde a las palabras de Jehová, y no guardaste el mandamiento que Jehová tu Dios te había mandado,

22. sino que volviste, y comiste pan y bebiste agua en el lugar donde Jehová te había dicho que no comieses pan ni bebieses agua, no entrará tu cuerpo en el sepulcro de tus padres.

23. Y sucedió que después que hubo comido pan y bebido, el profeta que le había hecho volver le ensilló el asno;

24. y cuando se fue, un león lo encontró en el camino y lo mató; y su cuerpo quedó tirado en el camino, y el asno estaba junto a él, y el león también estaba junto al cuerpo.

25. Y he aquí, unos hombres que pasaban y vieron el cuerpo que estaba tirado en el camino y al león que estaba junto al cuerpo, fueron y lo contaron en la ciudad donde el viejo profeta habitaba.

26. Y cuando el profeta que le había hecho volver del camino lo oyó, dijo: Es el hombre de Dios que fue rebelde a las palabras de Jehová; por tanto, Jehová le ha entregado al león, que le ha despedazado y matado conforme a la palabra de Jehová que él le dijo.

27. Y habló a sus hijos, y les dijo: Ensilladme un asno. Y ellos se lo ensillaron.

28. Y él fue y halló el cuerpo tendido en el camino, y el asno y el león que estaban junto al cuerpo; el león no había comido el cuerpo, ni despedazado al asno.

29. Y el profeta tomó el cuerpo del hombre de Dios y lo puso sobre el asno, y se lo llevó. Y el viejo profeta fue a la ciudad, para hacerle duelo y enterrarle.

30. Y puso el cuerpo en su propio sepulcro; y le hicieron duelo, diciendo: ¡Ay, hermano mío!