Reina-Valera 1909

1 Reyes 1:8-23 Reina-Valera 1909 (RVR1909)

8. Pero el sacerdote Sadoc, y Benaía hijo de Joiada, y el profeta Natán, y Simei, y Rei y todos los valientes de David no seguían a Adonías.

9. Y Adonías mató ovejas y vacas y animales engordados junto a la peña de Zohelet, que está cerca de la fuente de Rogel, y convidó a todos sus hermanos, los hijos del rey, y a todos los hombres de Judá, siervos del rey.

10. Pero no convidó al profeta Natán, ni a Benaía, ni a los valientes ni a su hermano Salomón.

11. Y habló Natán a Betsabé, madre de Salomón, diciendo: ¿No has oído que Adonías hijo de Haguit reina sin saberlo David, nuestro señor?

12. Ven pues, ahora, y déjame darte un consejo, para que salves tu vida y la vida de tu hijo Salomón.

13. Ve y preséntate ante el rey David y dile: Oh rey señor mío, ¿no has jurado tú a tu sierva, diciendo: Tu hijo Salomón reinará después de mí y él se sentará en mi trono? ¿Por qué, pues, reina Adonías?

14. Y mientras estés tú aún hablando con el rey, yo entraré detrás de ti y reafirmaré tus palabras.

15. Entonces Betsabé entró en la alcoba del rey; y el rey era muy anciano, y Abisag, la sunamita, le servía.

16. Y Betsabé se inclinó e hizo reverencia al rey. Y el rey le dijo: ¿Qué deseas?

17. Y ella le respondió: Señor mío, tú juraste a tu sierva por Jehová tu Dios, diciendo: Tu hijo Salomón reinará después de mí y él se sentará en mi trono;

18. pero he aquí, ahora Adonías reina; y tú, mi señor rey, hasta ahora no lo sabes.

19. Ha matado bueyes, y animales engordados y ovejas en abundancia, y ha convidado a todos los hijos del rey, y al sacerdote Abiatar y a Joab, general del ejército; pero a Salomón, tu siervo, no ha convidado.

20. Entre tanto, rey y señor mío, los ojos de todo Israel están puestos en ti, para que les declares quién se ha de sentar en el trono de mi señor el rey después de él.

21. De otra manera acontecerá que cuando mi señor el rey duerma con sus padres, yo y mi hijo Salomón seremos tenidos por culpables.

22. Y he aquí, mientras aún hablaba ella con el rey, llegó el profeta Natán.

23. Y dieron aviso al rey, diciendo: He aquí el profeta Natán. Cuando éste entró ante el rey, se postró delante del rey, rostro en tierra.