Nueva Biblia al Día

Marcos 5:21-37 Nueva Biblia al Día (NBD)

21. Cuando Jesús desembarcó en la otra orilla del lago, una enorme multitud se reunió a su alrededor.

22. De la multitud se adelantó un hombre que se postró a los pies de Jesús. Era Jairo, uno de los jefes de la sinagoga.

23. —Señor —le suplicaba—, mi hija se está muriendo. Ven y pon tus manos sobre ella, porque yo sé que puedes hacer que viva.

24-25. Jesús lo acompañó. En medio de aquella multitud que se apretujaba a su alrededor, estaba una mujer que durante los últimos doce años había estado enferma con cierto tipo de derrame de sangre.

26. Hacía mucho que sufría en manos de los médicos, y a pesar de haber gastado todo lo que tenía, en vez de mejorar estaba peor.

27. Enterada de lo que Jesús hacía, se le acercó por detrás, entre la multitud, y le tocó el manto,

28. porque pensaba que al tocarlo, sanaría.

29. Y, en efecto, tan pronto como lo tocó, el derrame cesó y se sintió perfectamente bien.

30. Jesús se dio cuenta en seguida de que de él había salido poder; por eso se volvió y le preguntó a la multitud:—¿Quién me tocó?

31. Sus discípulos le respondieron:—¿Cómo se te ocurre preguntar quién te tocó si ves que todo el mundo te está apretujando?

32. Él siguió mirando a su alrededor en busca de quién lo había hecho.

33. La mujer, temblando de miedo y consciente de lo que le había pasado, se arrodilló delante de él y le confesó toda la verdad.

34. Jesús le dijo:—Hija, tu fe te ha sanado; vete en paz, que ya no estás enferma.

35. Mientras decía esto, llegaron de la casa de Jairo a darle la noticia de que su hija había muerto y decirle que ya no era necesario que siguiera molestando al maestro.

36. Al darse cuenta, Jesús le dijo al jefe de la sinagoga:—No temas. Sólo cree.

37. Y no permitió que nadie fuera con él sino Pedro y los hermanos Jacobo y su hermano Juan.