Nueva Biblia al Día

Marcos 15:20-39 Nueva Biblia al Día (NBD)

20. Después de haberse burlado de él, le quitaron el manto y le pusieron su propia ropa. Por último, lo sacaron para crucificarlo.

21. A un hombre de Cirene, que pasaba por allí al regresar del campo, lo obligaron a llevar la cruz. El hombre se llamaba Simón, y era padre de Alejandro y de Rufo.

22. Llevaron, pues, a Jesús a un lugar llamado Gólgota (que significa: Lugar de la Calavera).

23. Le ofrecieron vino mezclado con mirra, pero no lo tomó.

24. Entonces lo crucificaron. Repartieron la ropa de Jesús, y lo hicieron echando suertes para ver con qué se quedaba cada uno.

25. Eran las nueve de la mañana cuando lo crucificaron.

26. Un letrero tenía escrita la causa de su condena: «El Rey de los judíos».

27. Con él crucificaron a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda.

28. Con esto se cumplieron las Escrituras que dicen: “Contado fue entre malvados”.

29. Los que pasaban por allí meneaban la cabeza y lo insultaban diciendo:—¡Eh! Tú, que destruyes el templo y en tres días lo reconstruyes,

30. ¡baja de la cruz y sálvate a ti mismo!

31. También los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley se burlaban de él con estas palabras:—Salvó a otros, pero no puede salvarse a sí mismo.

32. Que baje ahora de la cruz ese Cristo, rey de Israel, para que veamos y creamos.Los que estaban crucificados con él, también lo insultaban.

33. Al llegar el mediodía toda la tierra quedó en oscuridad, hasta la media tarde.

34. A esta hora Jesús gritó con fuerza:—Eloi, Eloi, ¿lama sabactani?e (que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?)

35. Cuando algunos de los que estaban allí lo oyeron, dijeron:—Escuchen, está llamando al profeta Elías.

36. Entonces un hombre corrió, empapó una esponja en vinagre, la puso en el extremo de una caña y se la ofreció a Jesús para que bebiera. Y dijo:—Déjenlo, vamos a ver si Elías viene a bajarlo.

37. Entonces Jesús, dando un fuerte grito, murió.

38. El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.

39. El centurión que estaba frente a Jesús, al oír el grito y ver que estaba muerto, dijo: —¡Verdaderamente este hombre era el Hijo de Dios!