34. Ellos le respondieron:—Tú, que desde que naciste eres un pecador, ¿vas a darnos lecciones a nosotros?Y lo echaron de allí.
35. Jesús se enteró de que habían expulsado a ese hombre, y al encontrarse con él le preguntó:—¿Crees en el Hijo del hombre?
36. Él le dijo:—¿Quién es, Señor? Dímelo, para que crea en él.
37. Jesús le contestó:—Pues ya lo has visto; soy yo, que estoy hablando contigo.
38. El hombre le dijo:—Creo, Señor.Se puso de rodillas delante de Jesús, y lo adoró.
39. Entonces Jesús dijo:—Yo he venido a este mundo para juzgarlo. Para que los ciegos vean, y para que se queden ciegos los que ven.
40. Algunos fariseos que estaban con él, al oír que decía esto, le preguntaron:—¿Quieres decir que nosotros somos ciegos?
41. Jesús les contestó:—Si ustedes fueran ciegos, no serían culpables de sus pecados. Pero como aseguran que ven, son culpables de pecado.