Nueva Biblia al Día

Juan 6:11-27 Nueva Biblia al Día (NBD)

11. Jesús tomó los panes, dio gracias y los fue repartiendo a los que estaban sentados. Luego hizo lo mismo con los pescados. Todos comieron cuanto quisieron.

12. Cuando ya todos estuvieron satisfechos, les dijo a sus discípulos:—Recojan los pedazos que sobraron, para que no se desperdicie nada.

13. Ellos los recogieron, y con los pedazos que sobraron de los panes, llenaron doce canastas.

14. Al darse cuenta de la señal milagrosa que Jesús realizó, la gente comenzó a decir:—No cabe duda de que éste es el profeta que tenía que venir al mundo.

15. Jesús se dio cuenta de que querían llevárselo a la fuerza para hacerlo su rey, por lo que se retiró otra vez a la montaña él solo.

16. Al anochecer, sus discípulos bajaron al lago,

17. subieron a una barca y comenzaron a cruzar el lago rumbo a Capernaúm. Ya había oscurecido y Jesús todavía no regresaba.

18. Soplaba un fuerte viento que levantó unas olas muy altas.

19. Los discípulos habían remado unos cinco o seis kilómetros cuando vieron que Jesús caminaba sobre el agua. Él venía hacia la barca y ellos se asustaron.

20. Pero él les dijo: «Soy yo, no tengan miedo».

21. Entonces lo recibieron con gusto en la barca y en seguida la barca llegó a la orilla a donde iban.

22. Al día siguiente, la gente que se había quedado en el otro lado del lago se dio cuenta de que los discípulos se habían ido solos en la única barca que había y que Jesús no se había ido en la barca con ellos.

23. Otras barcas de Tiberíades llegaron al lugar donde la gente había comido el pan después que el Señor diera gracias.

24. Cuando la gente se dio cuenta de que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, subió a las barcas y se fue a buscarlo a Capernaúm.

25. Cuando lo encontraron al otro lado del lago, le preguntaron:—Maestro, ¿cuándo llegaste acá?

26. Jesús les respondió:—La verdad es que ustedes me buscan, no porque han visto señales milagrosas sino porque comieron hasta llenarse.

27. No trabajen por la comida que se acaba. Trabajen más bien por la comida que permanece y da vida eterna, que es la comida que el Hijo del hombre les dará. Sobre él ha puesto Dios el Padre su sello de aprobación.