4. ¿Te es, acaso, indiferente la inagotable bondad, paciencia y generosidad de Dios, y no te das cuenta de que es precisamente esa bondad la que está impulsándote a cambiar de conducta?
5. Eres de corazón terco y obstinado, con lo que estás amontonando castigos sobre ti para aquel día de castigo, cuando Dios se manifieste como justo juez
6. y pague a cada uno según su merecido:
7. a los que buscan la gloria, el honor y la inmortalidad mediante la práctica constante del bien, les dará vida eterna;
8. en cambio, a los contumaces en rechazar la verdad y adherirse a la injusticia les corresponde un implacable castigo.