29. Estas disposiciones* constituirán normas de derecho para ustedes y todos sus descendientes dondequiera que habiten.
30. Si alguien mata a una persona, el homicida será ejecutado, pero solo ante la evidencia de varios testigos; el testimonio de una sola persona no será suficiente para condenar a muerte a alguien.
31. No aceptarás compensación económica por la vida del homicida, pues está condenado a muerte, y debe morir sin remisión.
32. Ni tampoco aceptarás compensación económica por el que huyó a su ciudad de refugio y quiere volver a residir en su tierra antes de que muera el sumo sacerdote.
33. Ustedes no contaminarán la tierra en donde residen, porque la sangre contamina la tierra, y la tierra no puede ser purificada de la sangre derramada sobre ella, si no es por la sangre del que la derramó.