La Palabra Versión Hispanoamericana

Mateo 16:12-25 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

12. Entonces los discípulos cayeron en la cuenta de que Jesús no les prevenía contra la levadura del pan, sino contra las enseñanzas de los fariseos y de los saduceos.

13. Cuando Jesús llegó a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos:—¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?

14. Ellos contestaron:—Unos dicen que es Juan el Bautista; otros, que Elías, y otros, que Jeremías o algún otro profeta.

15. Jesús les preguntó:—Y ustedes, ¿quién dicen que soy?

16. Entonces Simón Pedro declaró:—¡Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo!

17. Jesús le contestó:—¡Feliz tú, Simón, hijo de Jonás, porque ningún mortal te ha revelado esto, sino mi Padre que está en los cielos!

18. Por eso te digo que tú eres Pedro, y sobre esta piedra* voy a edificar mi Iglesia*, y el poder del abismo no la vencerá.

19. Yo te daré las llaves del reino de los cielos: lo que ates en la tierra quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra quedará desatado en el cielo.

20. Entonces Jesús ordenó a sus discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías.

21. A partir de aquel momento, Jesús empezó a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén, y que los ancianos del pueblo, los jefes de los sacerdotes y los maestros de la ley le harían sufrir mucho, y luego lo matarían, pero que al tercer día resucitaría.

22. Pedro, llevándolo aparte, comenzó a reprenderlo, diciendo:—¡Que nada de eso te pase, Señor!

23. Pero Jesús, volviéndose a él, le dijo:—¡Apártate de mí, Satanás*! Tú eres una piedra de tropiezo para mí, porque no piensas como piensa Dios, sino como piensa la gente.

24. Luego, dirigiéndose a sus discípulos, Jesús añadió:—Si alguno quiere ser discípulo mío, deberá olvidarse de sí mismo, cargar con su cruz y seguirme.

25. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que entregue su vida por causa de mí, ese la encontrará.