26. Sí, Padre, así lo has querido tú.
27. Mi Padre lo ha puesto todo en mis manos y nadie sabe quién es el Hijo, sino el Padre; y nadie sabe quién es el Padre, sino el Hijo y aquellos a quienes el Hijo quiera revelárselo.
28. ¡Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso!
29. ¡Pongan mi yugo sobre ustedes y aprendan de mí, que soy sencillo y humilde de corazón! Así encontrarán descanso para su espíritu,
30. porque mi yugo es fácil de llevar, y mi carga ligera.