42. —Padre, si quieres, líbrame de esta copa de amargura; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
43. [Entonces se le apareció un ángel del cielo para darle fuerzas.
44. Jesús, lleno de angustia, oraba intensamente. Y le caía el sudor al suelo en forma de grandes gotas de sangre].
45. Después de orar, se levantó y se acercó a sus discípulos. Los encontró dormidos, vencidos por la tristeza,