La Palabra Versión Hispanoamericana

Lucas 2:11-29 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

11. En la ciudad de David les ha nacido hoy un Salvador, que es el Mesías, el Señor.

12. Esta será la señal para que lo reconozcan: encontrarán al niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre.

13. En aquel mismo instante apareció junto al ángel una multitud de otros ángeles del cielo, que alababan al Señor y decían:

14. —¡Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres que gozan de su favor!

15. Luego los ángeles volvieron al cielo, y los pastores se decían unos a otros:—Vamos a Belén, a ver eso que ha sucedido y que el Señor nos ha dado a conocer.

16. Fueron a toda prisa y encontraron a María, a José y al recién nacido acostado en el pesebre.

17. Al verlo, contaron todo lo que el ángel les había dicho acerca del niño.

18. Y todos cuantos escuchaban a los pastores se quedaban asombrados de lo que decían.

19. María, por su parte, guardaba todas estas cosas, meditándolas en lo íntimo de su corazón.

20. Los pastores se volvieron dando gloria a Dios y alabándolo por lo que habían visto y oído, pues todo había sucedido tal y como se les había anunciado.

21. A los ocho días llevaron a circuncidar al niño, y le pusieron por nombre Jesús, el nombre que el ángel le puso antes de ser concebido.

22. Más tarde, pasados ya los días de la purificación prescrita por la ley de Moisés, llevaron al niño a Jerusalén para presentárselo al Señor,

23. cumpliendo así lo que dispone la ley del Señor: Todo primogénito varón ha de ser consagrado al Señor,

24. y para ofrecer al mismo tiempo el sacrificio prescrito por la ley del Señor: una pareja de tórtolas o dos pichones.

25. Por aquel entonces vivía en Jerusalén un hombre llamado Simeón, hombre justo y piadoso que esperaba la liberación de Israel. El Espíritu Santo estaba con Simeón

26. y le había hecho saber que no moriría antes de haber visto al Mesías enviado por el Señor.

27. Guiado por el Espíritu Santo, Simeón fue al Templo cuando los padres del niño Jesús llevaban a su hijo para hacer con él lo que ordenaba la ley.

28. Y tomando al niño en brazos, alabó a Dios diciendo:

29. Ahora, Señor, ya puedo morir en paz,porque has cumplido tu promesa.