La Palabra Versión Hispanoamericana

Lucas 14:20-35 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

20. El siguiente dijo: «No puedo ir, porque acabo de casarme».

21. El criado volvió a casa y refirió a su señor lo que había ocurrido. Entonces el dueño de la casa, muy enojado, ordenó a su criado: «Sal enseguida por las plazas y las calles de la ciudad y trae aquí a los pobres, los inválidos, los ciegos y los cojos».

22. El criado volvió y le dijo: «Señor, he hecho lo que me ordenaste y aún quedan lugares vacíos».

23. El señor le contestó: «Pues sal por los caminos y veredas y haz entrar a otros hasta que mi casa se llene.

24. Porque les digo que ninguno de los que estaban invitados llegará a probar mi cena».

25. Iba mucha gente acompañando a Jesús. Y él, dirigiéndose a ellos, les dijo:

26. —Si uno quiere venir conmigo y no está dispuesto a dejar padre, madre, mujer, hijos, hermanos y hermanas, e incluso a perder su propia vida, no podrá ser discípulo mío.

27. Como tampoco podrá serlo el que no esté dispuesto a cargar con su propia cruz para seguirme.

28. Si alguno de ustedes quiere construir una torre, ¿no se sentará primero a calcular los gastos y comprobar si tiene bastantes recursos para terminarla?

29. No sea que, una vez echados los cimientos, no pueda terminarla, y quede en ridículo ante todos los que, al verlo,

30. dirán: «Ese individuo se puso a construir, pero no pudo terminar».

31. O bien: si un rey va a la guerra contra otro rey, ¿no se sentará primero a calcular si con diez mil soldados puede hacer frente a su enemigo, que avanza contra él con veinte mil?

32. Y si ve que no puede, cuando el otro rey esté aún lejos, le enviará una delegación para proponerle la paz.

33. Del mismo modo, aquel de ustedes que no renuncie a todos sus bienes, no puede ser discípulo mío.

34. La sal es buena; pero si se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor?

35. Ya no es útil para la tierra ni sirve para abono, de modo que se tira. Quien pueda entender esto, que lo entienda.