34. Pues donde tengan ustedes su riqueza, allí tendrán también el corazón.
35. Estén preparados y mantengan las lámparas encendidas.
36. Sean como criados que están esperando que el amo regrese de una boda, listos para abrirle la puerta en cuanto llegue y llame.
37. ¡Felices aquellos criados a quienes el amo, al llegar, los encuentre vigilando! Les aseguro que los hará sentarse a la mesa y él mismo se pondrá a la tarea de servirles la comida.
38. Felices ellos si al llegar el amo, ya sea a medianoche o de madrugada, los encuentra vigilando.
39. Piensen que si el amo de la casa supiera a qué hora va a llegar el ladrón, impediría que le perforaran la casa.
40. Pues también ustedes estén preparados, porque cuando menos lo piensen vendrá el Hijo del hombre.
41. Pedro le preguntó:—Señor, esta parábola, ¿se refiere solamente a nosotros o a todos?
42. El Señor le contestó:—Pórtense ustedes como el administrador fiel e inteligente a quien su amo pone al frente de la servidumbre para que a su hora les tenga dispuesta la correspondiente ración de comida
43. ¡Feliz aquel criado a quien su amo, al llegar, encuentre cumpliendo con su deber!
44. Les aseguro que le confiará el cuidado de toda su hacienda.
45. Pero si ese criado piensa para sí: «Mi señor se retrasa en llegar» y comienza a maltratar a los demás criados y criadas y a comer y beber hasta emborracharse,