20. Cuando la llama se elevó desde el altar hacia el cielo, el ángel del Señor subió en la llama. Manóaj y su mujer, que lo estaban contemplando, cayeron rostro en tierra.
21. Al desaparecer el ángel del Señor de la vista de Manóaj y de su mujer, Manóaj comprendió que era el ángel del Señor.
22. Y dijo Manóaj a su mujer:—Seguro que vamos a morir, porque hemos visto a Dios.