La Palabra Versión Hispanoamericana

Juan 8:41-59 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

41. Ustedes hacen las obras del propio padre de ustedes.Ellos le contestaron:—Nosotros no somos hijos ilegítimos. Nuestro padre es únicamente Dios.

42. Jesús les dijo:—Si Dios fuera el Padre de ustedes, me amarían a mí, porque yo he venido de Dios y aquí estoy. No he venido por mi propia cuenta, sino que él me ha enviado.

43. Si no entienden lo que yo digo, es porque no quieren aceptar mi mensaje.

44. El padre de ustedes es el diablo e intentan complacerle en sus deseos. Él fue un asesino desde el principio y no se mantuvo en la verdad. Por eso no tiene nada que ver con la verdad. Cuando miente, habla de lo que tiene dentro, porque es mentiroso y padre de la mentira.

45. Por eso, no me creen a mí que digo la verdad.

46. ¿Quién de ustedes sería capaz de demostrar que yo he cometido pecado? Pues bien, si les digo la verdad, ¿por qué no me creen?

47. El que es de Dios acepta las palabras de Dios; pero como ustedes no son hijos de Dios, por eso no las aceptan.

48. Los judíos le contestaron:—Con razón decimos nosotros que eres samaritano y que tienes un demonio dentro.

49. Jesús respondió:—Yo no tengo ningún demonio; lo que hago es honrar a mi Padre; ustedes, en cambio, me deshonran a mí.

50. Yo no vivo preocupado por mi propio honor. Hay uno que se preocupa de eso, y a él le corresponde juzgar.

51. Les aseguro que el que acepta mi mensaje, jamás morirá.

52. Al oír esto, los judíos le dijeron:—Ahora estamos seguros de que estás endemoniado. Abrahán murió, los profetas murieron, ¿y tú dices que quien acepta tu mensaje jamás morirá?

53. ¿Acaso eres tú más que nuestro padre Abrahán? Tanto él como los profetas murieron. ¿Por quién te tienes tú?

54. Jesús respondió:—Si yo me alabara a mí mismo, mi alabanza carecería de valor. Pero el que me alaba es mi Padre; el mismo de quien ustedes dicen que es su Dios.

55. En realidad no lo conocen; yo, en cambio, lo conozco, y si dijera que no lo conozco, sería tan mentiroso como ustedes. Pero yo lo conozco y cumplo sus mandatos.

56. Abrahán, el padre de ustedes, se alegró con la esperanza de ver mi día; lo vio y se alegró.

57. Los judíos le replicaron:—¿De modo que tú, que aún no tienes cincuenta años, has visto a Abrahán?

58. Jesús les respondió:—Les aseguro que antes de que Abrahán naciera, existo yo.

59. Intentaron, entonces, apedrearlo; pero Jesús se escondió y salió del Templo.