La Palabra Versión Hispanoamericana

Juan 4:35-46 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

35. ¿No dicen ustedes que todavía faltan cuatro meses para la cosecha? Pues fíjense: los sembrados están ya maduros para la recolección.

36. El que trabaja en la recolección recibe su salario y recoge el fruto con destino a la vida eterna; de esta suerte, se alegran juntos el que siembra y el que hace la recolección.

37. Con lo que se cumple el proverbio: «Uno es el que siembra y otro el que cosecha».

38. Yo los envío a ustedes a recolectar algo que no han labrado; otros trabajaron y ustedes se benefician de su trabajo.

39. Muchos de los habitantes de aquel pueblo creyeron en Jesús movidos por el testimonio de la samaritana, que aseguraba:—Me ha adivinado todo lo que he hecho.

40. Por eso, los samaritanos, cuando llegaron a donde estaba Jesús, le insistían en que se quedara con ellos. Y en efecto, se quedó allí dos días,

41. de manera que fueron muchos más los que creyeron en él por sus propias palabras.

42. Así que decían a la mujer:—Ya no creemos en él por lo que tú nos has dicho, sino porque nosotros mismos hemos escuchado sus palabras, y estamos convencidos de que él es verdaderamente el salvador del mundo.

43. Pasados dos días, Jesús partió de Samaría camino de Galilea.

44. El mismo Jesús había declarado que un profeta no es bien considerado en su propia patria.

45. Cuando llegó a Galilea, los galileos le dieron la bienvenida, pues también ellos habían estado en Jerusalén por la fiesta de la Pascua y habían visto todo lo que Jesús había hecho en aquella ocasión.

46. Jesús visitó de nuevo Caná de Galilea, donde había convertido el agua en vino. Se encontraba allí un oficial de la corte que tenía el hijo enfermo en Cafarnaún.