La Palabra Versión Hispanoamericana

Juan 4:24-40 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

24. Dios es espíritu, y quienes le rinden culto deben hacerlo en espíritu y en verdad.

25. La mujer le dice:—Yo sé que el Mesías (es decir, el Cristo) está por llegar; cuando venga nos lo enseñará todo.

26. Jesús, entonces, le manifiesta:—El Mesías soy yo, el mismo que está hablando contigo.

27. En ese momento llegaron los discípulos y se sorprendieron al ver a Jesús hablando con una mujer; pero ninguno se atrevió a preguntarle qué quería de ella o de qué estaban hablando.

28. La mujer, por su parte, dejó allí el cántaro, regresó al pueblo y dijo a la gente:

29. —Vengan a ver a un hombre que me ha adivinado todo lo que he hecho. ¿Será el Mesías?

30. Ellos salieron del pueblo y fueron a ver a Jesús.

31. Mientras tanto, los discípulos le insistían:—Maestro, come.

32. Pero él les dijo:—Yo me alimento de un manjar que ustedes no conocen.

33. Los discípulos comentaban entre sí:—¿Será que alguien le ha traído comida?

34. Jesús les explicó:—Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo sus planes.

35. ¿No dicen ustedes que todavía faltan cuatro meses para la cosecha? Pues fíjense: los sembrados están ya maduros para la recolección.

36. El que trabaja en la recolección recibe su salario y recoge el fruto con destino a la vida eterna; de esta suerte, se alegran juntos el que siembra y el que hace la recolección.

37. Con lo que se cumple el proverbio: «Uno es el que siembra y otro el que cosecha».

38. Yo los envío a ustedes a recolectar algo que no han labrado; otros trabajaron y ustedes se benefician de su trabajo.

39. Muchos de los habitantes de aquel pueblo creyeron en Jesús movidos por el testimonio de la samaritana, que aseguraba:—Me ha adivinado todo lo que he hecho.

40. Por eso, los samaritanos, cuando llegaron a donde estaba Jesús, le insistían en que se quedara con ellos. Y en efecto, se quedó allí dos días,