6. Jesús les puso este ejemplo, pero ellos no comprendieron su significado.
7. Entonces Jesús les dijo:—Les aseguro que yo soy la puerta del aprisco.
8. Todos los que se presentaron antes de mí eran ladrones y salteadores. Por eso, las ovejas no les hicieron ningún caso.
9. Yo soy la puerta verdadera. Todo el que entre en el aprisco por esta puerta, estará a salvo; entrará y saldrá libremente y siempre encontrará su pasto.