La Palabra Versión Hispanoamericana

Josué 24:14-26 La Palabra Versión Hispanoamericana (BLPH)

14. Ahora, pues, respeten al Señor y sírvanle con todo esmero y lealtad; quiten de en medio los dioses a los que dieron culto sus antepasados en Mesopotamia* y en Egipto y rindan culto al Señor.

15. Pero, si les parece duro rendir culto al Señor, elijan hoy a quién quieren rendir culto, si a los dioses a quienes adoraron sus antepasados en Mesopotamia o a los dioses de los amorreos en cuyo país ustedes habitan ahora. Yo y mi casa rendiremos culto al Señor.

16. El pueblo respondió:—Lejos de nosotros abandonar al Señor para servir a otros dioses,

17. pues ha sido el Señor, nuestro Dios, el que nos sacó, a nosotros y a nuestros padres, del país de Egipto, de la casa de la esclavitud, y el que ante nuestros ojos obró tan grandes prodigios y nos protegió a lo largo de todo el camino que recorrimos, poniéndonos a salvo de todas las naciones por las que pasamos.

18. Además el Señor expulsó ante nosotros a todos esos pueblos y a los amorreos que habitaban en el país. Por tanto, también nosotros rendiremos culto al Señor, porque él es nuestro Dios.

19. Entonces Josué dijo al pueblo:—No sé si serán capaces de rendir culto al Señor, pues es un Dios santo, un Dios celoso, que no perdonará sus rebeldías ni sus pecados.

20. Si abandonan al Señor para rendir culto a dioses extranjeros, él a su vez, después de haberles hecho tanto bien, les acarreará el mal y acabará con ustedes.

21. El pueblo respondió a Josué:—Nosotros rendiremos culto al Señor.

22. Josué dijo al pueblo:—Testigos son contra ustedes mismos de que han elegido al Señor para servirlo.Ellos respondieron:—¡Somos testigos!

23. —Entonces —concluyó Josué—, quiten de en medio los dioses extranjeros y prometan fidelidad al Señor, Dios de Israel.

24. El pueblo respondió a Josué:—Rendiremos culto al Señor, nuestro Dios, y le obedeceremos.

25. Aquel día, selló Josué una alianza con el pueblo, dándole preceptos y normas en Siquén.

26. Josué escribió estas palabras en el libro de la Ley de Dios. Acto seguido, tomó una gran piedra y la erigió allí, al pie de la encina que hay en el santuario del Señor.