7. Seguidamente comenzaron a decirse unos a otros:—Echemos suertes para saber a quién se debe nuestra desgracia.Así pues, echaron suertes y le tocó a Jonás.
8. Entonces le dijeron:—Dinos por qué nos ha sobrevenido esta desgracia. ¿Cuál es tu trabajo? ¿De dónde vienes? ¿Cuál es tu país? ¿De qué pueblo eres?
9. Jonás les respondió así:—Yo soy hebreo y adoro al Señor, Dios del cielo, que hizo el mar y la tierra firme.
10. Al oírlo, aquellos hombres fueron presa de un gran temor y, habiendo comprendido por la confesión de Jonás que este iba huyendo del Señor, le preguntaron:—¿Qué es lo que has hecho?
11. Pero como el mar seguía encrespándose, volvieron a preguntarle:—¿Qué podríamos hacer contigo para que el mar se calme?
12. Él les contestó:—Arrójenme al mar, y el mar se calmará porque yo sé que esta violenta tempestad les ha sobrevenido por culpa mía.